Estrené Chau Misterix en el ´80 lleno de dudas. Una obra cuyos personajes son cuatro pibes de 11 años, pensaba: ¿aceptaría el público la convención de que cuatro adultos la representaran?. El milagro se produjo y desde aquel lejano estreno en el ´80 no ha habido temporada en su historia en la que en algún lugar del mundo no haya sido representada. Como en una insólita carrera de postas mas de un centenar de elencos se han ido pasando el testigo de un escenario al otro durante estos treinta años.
En cierta alergia que tengo a ver mis propias obras hacía ahora años que no me sentaba a ver alguna nueva versión. Fue una alegría y una emoción enorme reencontrarme con mi texto en esta puesta encantadora de Virginia Lombardo. Cuatro actores jovencísimos y de una energía y un talento que sorprenden. Y un montaje que a puro ritmo e ideas vuelve a hacer girar con precisión el mecanismo.
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JAVIER DAULTE
Cuando escribí la primera versión de ¿Estás ahí?recuerdo que me propuse, en primer termino, un experimento. Ese experimento tenia que ver exclusivamente con el arte del actor y con las enormidades escénicas que es capaz de generar. Quería ver hasta donde un actor podía sostener una narración estando solo en el escenario, y que aun así el espectador no tuviera la sensación de estar viendo un monólogo.
Al leer los primeros borradores de Fin del munditode Gerardo Chendo, tuve la sensacion de que la búsqueda estaba orientada en la misma dirección. No podía ser de otro modo al ser Chendo mismo, antes que nada, un actor. Pero lejos de conformarse con un simple ejercicio dramatúrgico para dar rienda suelta al malabarismo de la actuación, la historia busca un más allá. Desde la perspectiva de ese encerrado, protagonista de la historia, se entreven acontecimientos enormes que afectan a todos. Pero en la vivencia del ser individual, el fin del mundo no es otra cosa que un renacimiento, la captura de una nueva subjetividad, a través de un encuentro honesto y desesperado con uno mismo.
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