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el otro lado del teatro / Pablo Silva x Daniel Gaguine / Gracias!

ENTREVISTA DE EL CALEIDOSCOPIO DE LUCY – // ¿Qué es un productor? ¿Cual es su función? El inconsciente colectivo germina en múltiples ideas por lo que ECDL fue a consultar a alguien que sabe de esto. Pablo Silva responde a los interrogantes y deja sus impresiones sobre el teatro y las situaciones que vive en ese mundo tan maravilloso como particular.
-¿Por qué productor?
-Porque la vida te va llevando a lugares insospechados! Jajaja. En principio, empecé a trabajar del lado de la pluma, ya sea escribiendo, adaptando, cosa que en silencio, sigo haciendo. Muchas obras de las que hacemos trabajo en la adaptación, tal es el caso de “Espectros”, “Los invertidos”, obras que me gusta el texto asi como trabajarlos. Es un trabajo silencioso. Después, el segundo punto, nadie llevaba a escena los proyectos que pensaba o adaptaba. En un momento, un poco, por esas cosas de las vidas, me dijeron si quería dirigir y producir. En ese momento, estaba estudiando dirección con Francisco Javier y dramaturgia con Mauricio Kartún. Me propusieron dirigir “Luca vive”, que fue la primer obra que dirigí. No había casi productor pero veinte años atrás, en esa época, no estaba la formalidad del productor ejecutivo, esa figura. Hicimos una producción tripartita con Carlos Polimeni y Daniel Ritto. Le di para adelante y tuvimos la suerte de que fuera un éxito. Estuvimos con la obra como cinco años y se hizo una película con lo cual fue una cosa soñada para empezar. Después un amigo me dijo “Ya que producís la tuya, no me producís la mia?” y asi y así y así. Esto fue en el 94 y 95 en adelante. Después me fui interesando más en el tema, cuando me asocié con Marina Vollman, cuando me asocié con ella, entre el 98 y el 2003. Fue como que, seguí trabajando pero empecé a profesionalizar más el tema de que se trata tener una productora, que servicio se brinda, qué es producción ejecutiva, que es un inversor…Definir un poco todo. Me da la impresión que hace veinte años uno (y todos, en la producción independiente) hacía todos los papeles. No había un iluminador que te decía “te cobro $10000 por hacer la puesta”. Era “Cacho, poneme las luces”; el director hacía todos los papeles, hasta los papeles artístico-técnicos que ahora lo hacen los escenógrafos. Está bueno! Estoy a favor de la profesionalización del teatro independiente pero antes había una cosa muy flexible en la que todos hacían todo. Se fue, en estos últimos diez años, se fue profesionalizando todo.
– Hoy, ¿cual sería la función del productor?
– La gente tiene la idea tiene de que el productor pone la plata y se va a su casa. Esto no es asi. Ahora está diferenciado el tema. Básicamente, el productor no pone necesariamente la plata. Por eso se agregó el “productor ejecutivo” que es el que ejecuta órdenes de otra persona y es un empleado como el escenógrafo o el asistente de dirección. Habitualmente depende de alguien que es el inversor o el capitalista o directamente de alguien de la compañía que pone la plata y queda como principal sostén económico del proyecto. El productor es el que produce cosas y que hace que las cosas se hagan. El que lleva el ordenamiento el ordenamiento de estos barcos teatrales en el renglón independiente. Al respecto, hago la división entre el sector independiente, público y estatal y privado y comercial. En Silva Producciones, que es un poco lo que cree, estamos en el sector independiente. No trabajo en el sector estatal –trabaja con sus propias producciones- y tampoco en el sector comercial por una cuestión de pobreza nuestra básicamente y porque es otro juego…
lucyps
-…con otras reglas, otros códigos….
– Claro! En estos últimos años, fuimos haciendo productos que tuvieron más difusión, facturación y con algún tipo de éxito. Estaríamos en un renglón que sería semi-independiente y semi-comercial. Estoy en el medio. Por eso, en algún sentido, si bien trabajo en la línea del teatro independiente, también puedo hacer productos que tengan una inversión que no es la más habitual del teatro independiente. Que se pueda gastar un poco más de dinero, invertir en publicidad o hacer cosas que, dentro de lo que sería una cooperativa de teatro independiente que iría a una sala del Abasto una vez por semana, no es posible.
Esto es lo que nos permite tener cierta flexibilidad. También puedo hacer una obra como “Quizás” que pensamos que iba a estar un tiempo en el Tadrón y sin embargo, la obra tuvo éxito y estuvo tres años en cartel. También puedo jugarme, dentro de lo que es el teatro independiente, a producciones un poco más arriesgadas como “El otro Judas” o “Espectros”. Con más cartel y mayor trayectoria de actores, necesita y merece otra inversión, otro lugar, otra publicidad y otros cuidados. No podemos decir “pongamos a los actores y dos sillas y largamos”.
– Tiraste dos obras que vi y me encantaron como “El otro Judas” y “Espectros”. ¿Las consideras como teatro independiente?
– Está en esa línea intermedia. Trabajo mucho en el Centro de la Cooperación que está, a mi modo de ver, una de las cabezas del teatro independiente. Es difícil pensar en teatro independiente cuando tenes una sala con doscientas butacas y cien mil dólares invertidos en luces. Es raro pero en algún sentido, estoy de acuerdo con la política del teatro independiente en el Centro Cultural de la Cooperación, que es un lugar que apoya al teatro independiente y me ha dado algunas facilidades para trabajar allí. Creo que hay otras salas muy interesantes como para que sean consideradas “Teatro independiente” como El Abasto, El Extranjero, El Camarín de las Musas, el Tinglado o el Beckett. Hay muchas salas en Buenos Aires pero que tiene esa cosa relativa respecto de lo independiente. El tema de la facturación tampoco son tan independientes. Alejandra Darín estaba haciendo “Una banalidad sobre el amor” en el Tinglado con trescientas localidades en venta por semana y eso no es independiente. No se si hay límites. Quizás habría que pensarlo como un carrusel que no es tan estricto. Para mi, lo independiente no depende de las reglas del teatro comercial y no tenés un jefe estatal que te dice “tenés que hacer esto, con este actor”. Soy lo bastante independiente como para poder elegir el proyecto y ganar o poder con tu propia apuesta. Si te va bien o mal, es otra historieta.
-Dijiste que hubo un vuelco en los últimos seis años. ¿Este vuelco te sorprendió en algún punto? Sos un productor reconocido… 
– Si pero el reconocimiento es más por parte de los pares en general. Después viene el reconocimiento de la prensa. Me empecé a sentir parte de la familia teatral cuando Leonor Manso quiso trabajar conmigo o Gustavo Garzón me dijo “hagamos algo juntos”. Cuando los pares o los que son más grandes te miran y te dicen “que bueno lo que estas haciendo”, te empezas a sentir parte de la familia. Con algunos te llevarás mejor y con otros, peor. Después, el conseguir un reconocimiento más exterior, relacionado con tu laburo, los medios y el público. Ahí tiene que ver mucho con la elección de los proyectos, la suerte que se tenga. Con algunos pensé que la iban a romper y no fue así o que les iba a ir mal pero tuvieron mucho éxito. Hay casos como “Los invertidos”, un proyecto muy costoso, con 18 meses de producción y ningún teatro lo convocaba. Asi, cuando arranca de a poquito, se convierte en un semi exito. El reconocimiento pasa por el trabajo y porque, creo que en ese renglón del que estamos hablando, me siento un poco solo. En una semana tenemos dos propuestas  de obras del teatro independiente que nos trae su proyecto. Sin exagerar, hemos tenido cien propuestas por año. Esto sucede, más allá de que a nosotros nos convenga en nuestro laburo, tampoco hay veinticinco productoras independientes trabajando. Siento que estamos un poco solos en ese renglón.
 – Si algún dia tenés cien mil dólares para invertir en una obra, ¿lo hacés?
– Buena pregunta….soy muy cauto. Tengo un sistema en el que vivo modestamente basado en la cautela económica. Un poco por lo que hablábamos antes de los vaivenes del mercado. En general, creo que no tendría que traicionar mi sistema. Si invirtiese cien mil dólares, es porque ya tendría en mis espaldas varias obras de cien mil dólares hechas. Ahora tengo un sistema que es mucho más pequeño pero que puede tener réditos económicos. Es mi objetivo en los últimos seis o siete años, a partir de ese vuelco en el que tuvimos obras con una producción más importante. Ese sistema también puede dar ganancia. Es probar un poco que una persona que pueda hacer una inversión –hablando del rol del productor, el buscar un inversor al respecto- pueda tener una cierta rentabilidad. Esto también habla de la profesionalización del sector.
-Esta “profesionalización” ¿conspiró contra cierto talento que había en años anteriores….?
– Buena pregunta….No se si conspiró pero si, restringió cierta flexibilidad del argentinismo teatral que iba del “lo’atamo’ con alambre” hasta “deja que yo me encargo” y puso un sistema de casilleros donde cada uno tiene que saber hacer lo suyo. Un poco, la tarea del director y del productor es coordinar esas habilidades y capacidades artísticas. Es posible que se haya restringido cierta “creatividad”. Sin embargo, pensemos que hay productos que siguen trabajando en la esfera más independiente. Mucho más pequeño con un director que nuclea a una serie de asistentes pero es él el que nuclea y maneja todas las áreas.
-¿Crees que se establecen diferencias generacionales entre actores? Digo, hay grandes actores y actrices que van, actúan y son grandes mientras que hay otros actores más jóvenes que van a actuar de la misma manera que pueden ir a trabajar a un call center.
– En el teatro independiente, que es lo que más me manejo, se mueve más por la pasión. No hay otra razón en general, lo cual esta llevada más por el corazón que por la cabeza. Por este motivo, considero que Leonor Manso es una de las mejores actrices argentinas en cualquier tipo de teatro. Ella sigue trabajando en teatro independiente con productos muy logrados y notables al igual que Ingrid Pelicori. Igual es para una serie de actores que tengan “esa” pasión. Si no está esa pasión, como también la tiene Walter Quiroz –otro lindo ejemplo de quien viene de otro sector y se queda en el teatro independiente con todas las ganas-, claramente pone todo su talento en pos del teatro independiente. Mi trabajo fue canalizar y capitalizar ese talento. Tratar de ayudarlo y ayudarnos a que ese talento explote de la mejor manera. Me parece que si no tenés esa pasión… hay actores que pueden trabajar en otro medio como la tele o cine y hagan su trabajo bien….Viste que hay actores de cine que no trabajan en teatro? Quizás no encuentran su fuego o la sangre que hay que poner para sobrevivir. Si bien me encanta lo que hago, reconozco que los comienzos son difíciles. Hay muchas propuestas, mucho remado, poco dinero, mucho trabajo y poco reconocimiento. El hacerte un nombre como actor o productor, no es tan fácil. El actor es más golpeado en esto de hacerse un nombre….es muy difícil.
-El actor de teatro independiente me parece, logra un colchón de prestigio que le permite dar un salto pero no al revés, con la excepción de Walter….
– Si, es cierto. Furriel también podría ser otro caso. No tiene necesidad de hacer ese salto de riesgo al teatro del Estado pero sin embargo, puso todo para trabajar en “La vida es sueño”. Eso está buenísimo.
-Y después los tenés a Alberto Ajaka y a Martín Urbaneja…. 
– Ellos dos son dos ejemplos excelentes del actor surgido de la cantera independiente y que la televisión o el cine –como megasistema más amplio de difusión y demás- lo toma. “Che, mirá que bueno que es, ¿por qué no lo llevamos?”. Está buenísimo eso. Hay pocos ejemplos como ellos dentro de la enorme masa del teatro independiente, a los que le llega esa situación.
– ¿Cual es el momento más difícil, para vos, como productor? ¿Los ensayos o la función de prensa?
– El estreno de prensa no lo paso muy bien. El ensayo es más divertido. Con muchos directores tengo muchas asociaciones. Trabajo con Mariano Dossena, Sol Pavez, Lia Jelin incluso o Federico Luppi. Es gente que sabe que el ensayo tiene que ser una fiesta para los actores. Puede haber momentos de tensión como cuando marcas alguna cosa que no es tan divertido, pero no me han tocado directores “tiranos”. En el estreno de prensa la paso mal. Mi sensación es general. Ahora la llevo más tranquilamente. Delego mucho para no volverme loco. Se que los actores están como locos, que nunca es la mejor función. Es una función con nervios y que hay gente que viene de medios, se genera una presión que no está buena. Sufro por los actores y me pongo nervioso con eso. En general, trato que la función de prensa llegue luego de algunas funciones, para que estén más descontracturados. Que haya vino en el estreno, asi todos estamos más sueltos. Tanto en la platea como en camarines…jajajjaja. Hacemos pequeñas cositas para que sea todo más efectivo.
-Además, sos uno de los pocos productores que está ahí, con la obra… 
– Si, soy de ver bastante teatro y veo mucho mis obras. Las veré seis funciones cada obra por año, asi como los ensayos. Considero que, volviendo a la primera pregunta, hago producción artística. Si bien la gente pone ipso facto “plata”, también hay otra cosa. Hay un trabajo de preproducción, de producción artística, de coordinación del grupo humano. Es un trabajo que abarca muchos campos y dentro de esos campos, está el asistir a obras y ver lo que pasa en el teatro independiente. Tampoco creo que vaya tanto pero veré cincuenta obras por año. Voy mucho a los estrenos y también de teatro comercial y estatal. No miro mucho comedia musical. Hice una hace muchos años con Kado Kotzer y no funcionó nada aunque era lindo proyecto. Es un área que no manejo ni se mucho del tema. Le tengo respeto pero no se mucho. En el futuro se verá.
– ¿Los cinco minutos después de Pablo Silva después del estreno de prensa?
– Hay que ir a comer con los actores. No se quien decía que se hacía teatro para después ir a comer. Un poco es eso, la parte de la mística. Ir con los actores, directores y equipo técnico. Tengo muchos asistentes con quienes tengo una relación muy fluída. Laboral pero también de amistad. Eso te va haciendo una familia y está bueno terminar a altas horas de la madrugada, tomando algo y contando anécdotas. Me gusta mucho escuchar anécdotas de la gente que es mayor que uno y tiene mayor experiencia. Me acuerdo cuando era chico y escuchaba a Brandoni contar anécdotas de “La patagonia rebelde” y es genial. Ahora, compartir una nueva etapa con Luppi, un tipo que tiene como cien películas hechas. De cualquier película tiene algo para contar. Está bueno y es un honor escucharlo y trabajar con él. Esto tiene que ver con lo que uno busca en la profesión. Mejorar y crecer con la productora. Hay gente que trabaja conmigo y hace cosas propias. Es un equipo de gente que trabaja. Es algo muy artesanal pero tengo personas que estuvo diez años trabajando e hizo que sea un equipo en el que tiran todos para adelante.
-Si por la puerta de este bar, La Opera, entrase el Pablo Silva que iba a producir su primera obra, ¿qué le dirías?
-Sabés que no se si acá fue que arranqué? Le diría que siga con lo suyo. Que tenga fe que va a salir. Va a costar pero se va a ir redondeando. Ahora estoy contento con haber pasado las tormentas que pasé y no haber abandonado. Primero porque amo el teatro. Es mi profesión y me gustaría hacerlo cada vez mejor. Cuando arranqué, tenía mis dudas y estaba mas cerca de la escritura y la adaptación. O la dirección, que a veces despunto un poco el vicio. En esas conjugaciones uno tiene sus momentos de duda. Le daría un empujón y que siga para adelante.
-¿Le darías algún consejo? 
– No, solo eso. Que confie que va a llegar a ver la luz. Los años te van dando cierta tranquilidad y confianza. Si ahora, con gente con mucha trayectoria, me llama para trabajar, es porque la cosa anda bien. También el recibir propuesta de gente joven es algo que me agrada. El trabajar con gente que no es conocida pero que tengan proyectos serios y apoyarlos.
Publicado  por  /  EL CALEIDOSCOPIO DE LUCY   http://elcaleidoscopiodelucy.blogspot.com.ar/

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